El término “cáncer de mama” hace referencia a un tumor maligno que se ha desarrollado a partir de células mamarias. Generalmente, el cáncer de mama se origina en las células de los lobulillos, que son las glándulas productoras de leche, o en los conductos, que son las vías que transportan la leche desde los lobulillos hasta el pezón. Con menos frecuencia, el cáncer de mama puede originarse en los tejidos estromales, que incluyen a los tejidos conjuntivos grasos y fibrosos de la mama.

Con el paso del tiempo, las células cancerígenas pueden invadir el tejido mamario sano circundante y llegar a los ganglios linfáticos de las axilas, desde allí obtienen una puerta de acceso hacia otras partes del cuerpo. Los estadios del cáncer de mama hacen referencia a lo lejos que se han propagado las células cancerígenas más allá del tumor original.

El cáncer de mama siempre se origina por una anomalía genética. Un 5-10% de los casos son producto de una anomalía heredada y el 85-90% de los casos de cáncer de mama tienen su origen en anomalías genéticas vinculadas al proceso de envejecimiento.

Algunos de los signos y síntomas que deben observarse son:

Los siguientes factores pueden elevar el riesgo de una mujer de desarrollar cáncer de mama:

En la actualidad hay una diversidad de opciones de tratamientos disponibles para combatir la compleja combinación de células en cada tumor.

Si bien el médico adaptará el tratamiento específicamente para cada paciente y tipo de cáncer de mama.

Una alimentación saludable es vital para que el organismo funcione bien. Es necesario modificar nuestros hábitos.