La mayoría de los casos del cáncer de colon comienza como un conjunto de células pequeño y no cancerosas (benigno) denominado «pólipo adenomatoso». Con el tiempo, algunos de estos pólipos pueden convertirse en cáncer de colon.

El cáncer colorrectal se origina en la capa más interna (la mucosa) y puede crecer hacia el exterior a través de algunas o de todas las demás capas. Cuando las células cancerosas se encuentran en la pared, éstas pueden crecer hacia los vasos sanguíneos o los vasos linfáticos. Desde allí, las células cancerosas pueden desplazarse a los ganglios linfáticos cercanos o a partes distantes del cuerpo.

Muchas personas con cáncer de colon no tienen ningún síntoma en las primeras etapas de la enfermedad.

Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal:

En la mayoría de los tipos de cáncer, una biopsia es el único método que permite formular un diagnóstico definitivo de cáncer. Si no es posible realizar una biopsia, el médico puede sugerir que se lleven a cabo otras pruebas que ayuden a realizar un diagnóstico.

Además del exámen físico, se pueden utilizar las siguientes pruebas para diagnosticar el cáncer colorrectal:

Las opciones de tratamiento más comunes para el cáncer colorrectal:

Las opciones y recomendaciones en cuanto a los tratamientos dependen de varios factores, entre ellos, el tipo y estadío del cáncer, los efectos secundarios posibles, así como las preferencias del paciente y su estado de salud.

Una alimentación saludable es vital para que el organismo funcione bien. Es necesario modificar nuestros hábitos.