El cáncer de próstata es el crecimiento maligno de la glándula prostática. Cuando el cáncer de próstata avanza, invade las células vecinas, para deformar la estructura interna y externa de la próstata; posteriormente puede salirse de ella e invadir las estructuras vecinas, como las vesículas seminales, la vejiga y el recto. En fases avanzadas de la enfermedad, a través de los vasos linfáticos y sanguíneos, las células cancerosas se diseminan a sitios distantes, como los ganglios y los huesos, lo que se denomina metástasis. El crecimiento y la diseminación del cáncer de próstata dependen de la presencia de la hormona masculina (testosterona) producida por los testículos.

Cuando se diagnostica el cáncer de próstata, lo podemos encontrar en una de tres fases:

  • Localizado: No ha salido de la próstata.
  • Localmente avanzado: Compromete la próstata y tejidos vecinos.
  • Avanzado: Ya ha salido de la próstata y se encuentra en otros órganos, como los ganglios linfáticos o los huesos.

El cáncer de próstata en sus fases iniciales no produce síntomas, estos suelen aparecer cuando se trata de una enfermedad avanzada. Los síntomas que enumeramos enseguida se pueden encontrar en algunos pacientes, pero no son exclusivos del cáncer de próstata:

Si el cáncer se ha diseminado fuera de la glándula prostática, un hombre puede experimentar:

  • Dolor en la espalda, las caderas, los muslos, los hombros u otros huesos.
  • Hinchazón o edema en las piernas o los pies.
  • Pérdida de peso sin explicación.
  • Fatiga.
  • Cambio en los hábitos intestinales.

Existen factores de riesgo que están asociados con el cáncer de próstata, unos son modificables y otros no.

Factores modificables
  • Alimentación: los hombres que consumen muchas carnes rojas y productos lácteos con alto contenido de grasa tienen mayor riesgo, así como el bajo consumo de frutas y verduras.
  • Sedentarismo: la falta de actividad física regular y un peso inadecuado están asociados con un mayor riesgo de cáncer.
  • Abuso del alcohol.
  • Exposición a contaminantes químicos.
  • El riesgo de cáncer de próstata aumenta con la edad, especialmente después de los 50 años. Más del 80 % de los casos de cáncer de próstata se diagnostican en hombres de 65 años o más.
  • Raza/origen étnico. Los hombres de raza negra presentan un mayor riesgo de cáncer de próstata que los de raza blanca, particularmente, entre aquellos que llevan un estilo de vida con menos actividad física y una dieta menos saludable.
  • Antecedentes familiares.  El cáncer de próstata hereditario, es raro y representa alrededor del 5 % de los casos. Si un hombre tiene un pariente en primer grado, es decir, un padre, un hermano o un hijo, con cáncer de próstata, su riesgo de desarrollar cáncer de próstata es de 2 a 3 veces mayor que el riesgo promedio. Este riesgo aumenta con la cantidad de parientes con diagnóstico de cáncer de próstata.
  • Síndrome de cáncer hereditario de mama y de ovario (hereditary breast and ovarian cancer, HBOC).
  • Otros cambios genéticos. Otros genes que pueden conllevar un mayor riesgo de desarrollar cáncer de próstata incluyen HPC1HPC2HPCXCAPB. Sin embargo, se ha demostrado que ninguno de ellos provocan cáncer de próstata o son específicos de esta enfermedad.
No modificables
  • Edad.
  • Antecedentes familiares
  • Raza

En Colombia, se recomienda ofrecer a los pacientes mayores de 50 años que consultan al médico los exámenes para la detección del cáncer de próstata (antígeno prostático y tacto rectal) Este examen se puede realizar anualmente.

Para evaluar la extensión del cáncer de próstata existen diversos exámenes que pueden dar información de puntos específicos que en un momento determinado podrían estar comprometidos por la enfermedad. Ejemplos:

Existen diversas alternativas para manejar el cáncer de próstata. Antes de tomar una opción el especialista evaluará su edad, otras enfermedades asociadas y condición física general, definirá el estado de su patología de acuerdo con su estado clínico, establecerá una categoría de riesgo de acuerdo con las características propias del tumor y definirá la intención del tratamiento, es decir, si este se hará con intención curativa (para curar la enfermedad) o paliativa (para disminuir síntomas y mejorar su calidad de vida). Dentro de los tratamientos se tiene:

Una alimentación saludable es vital para que el organismo funcione bien. Es necesario modificar nuestros hábitos.

Igualmente resalta el especialista la importancia del chequeo anual, a menos que la persona experimente algún síntoma extraño.